Por qué defiendo la equidad de género
El presidente de Rotary International 2021-2022, Shekhar Mehta, reflexiona sobre la importancia de empoderar a las niñas
Dejongh Rokiatou, de cinco años, aprende matemáticas en Costa de Marfil, en 2022. Durante la pandemia de COVID-19, millones de escolares de todo el mundo se vieron privados de la enseñanza presencial. Algunos todavía se ven afectados por el cierre prolongado de las escuelas. Las niñas tienen menos probabilidades que los niños de volver a la escuela después de la pandemia.
Como señalan los especialistas del programa de Unicef en Ghana en una entrada de blog del pasado mes de enero, «cuando las niñas están sanas y reciben educación, sociedades enteras se benefician del crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la mejora del bienestar de los niños, lo que refuerza las perspectivas de la próxima generación» , y yo no podría estar más de acuerdo.
Tengo la suerte de venir de una familia en la que las mujeres y las niñas tenían las mismas oportunidades que los niños y los hombres. Mi madre fue una de las primeras mujeres en graduarse en la Universidad Nacional de Jodphur y mi propia hija está cursando un doctorado. Sin embargo, no todas las mujeres y niñas de la India o del mundo tienen las mismas oportunidades ni los mismos recursos. Por cada chica que se esfuerza por recibir una educación, hay otra que se ve obligada a centrarse en el cuidado y el trabajo para mantener a su familia, y he sido testigo de esta disparidad en zonas empobrecidas de mi propia ciudad, a pocos kilómetros de mi casa. También soy consciente de cómo estas desigualdades se han visto exacerbadas por la pandemia.
Unicef informa que los niños en edad escolar de todo el mundo han perdido unos 1800 millones de horas de aprendizaje presencial desde el comienzo de la pandemia, y esa cifra sigue aumentando. Más concretamente, los estudios muestran que las interrupciones provocadas por la pandemia afectan en mayor medida a las niñas, ya que se ven obligadas a centrarse más en las tareas domésticas y tienen menos acceso al apoyo familiar para los recursos educativos, como tutores o dispositivos móviles, en comparación con los niños, lo que en última instancia hace que sean las menos propensas a volver a la escuela después de la pandemia. Por eso estoy de acuerdo con la nueva campaña de Unicef USA, titulada «Keep Girls in School» (Mantengamos a las niñas en la escuela), cuyo objetivo es sensibilizar a la población sobre el momento crítico que se produce con la reapertura de las escuelas para garantizar que las niñas vuelvan a sus antiguas aulas y reciban todos los beneficios y la seguridad que estas aportan. En particular, el Fondo Malala estima que otros 20 millones de niñas podrían abandonar la escuela debido a la pandemia, lo que se suma a los casi 130 millones de niñas de todo el mundo que ya no asisten a las aulas de clases.
Esta es también la razón por la que Rotary se centra cada día en el empoderamiento de las niñas en todo el mundo. Desde el aprendizaje virtual, el desarrollo de la primera infancia, la mejora de la infraestructura escolar y el saneamiento para mejorar las tasas de alfabetización en la India, hasta la mejora de la salud menstrual y los recursos de higiene para las niñas en Kenia para mantenerlas en la escuela, nuestros 1,4 millones de socios reconocen que hay muchas maneras de generar un cambio positivo y apoyar a las niñas en todo el mundo.
El club de Shekhar Mehta, presidente de Rotary International 2021-2022, ha construido unos 7000 retretes en aldeas donde la gente no dispone de baños en sus casas. Aquí, él y sus compañeros, (de izquierda a derecha) Pranay Agarwal y Sandeep Shah, ayudan a construir uno.
A pesar del éxito de estos proyectos —y de muchos otros—, reconocemos que trabajar por la equidad de género a nivel mundial (tal y como se indica en el Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género) requiere un compromiso más amplio y continuo por parte de los gobiernos, las instituciones públicas y privadas y otras organizaciones no gubernamentales y sin fines de lucro.
Para ello, debemos seguir aplicando las lecciones aprendidas de las iniciativas que emplean una perspectiva de equidad de género, tales como la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio (GPEI), en la que Rotary colabora con Unicef, la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU., la Fundación Bill y Melinda Gates y Gavi, la Alianza para las Vacunas.
La Estrategia de Erradicación de la Polio 2022-2026 de la GPEI reconoce claramente el papel fundamental que desempeñan las trabajadoras de la salud en la generación de confianza de la comunidad y en la aceptación de la vacuna. En Afganistán y Pakistán —los dos países restantes en los que el poliovirus salvaje continúa siendo endémico— reclutar, formar y conservar a las mujeres como vacunadoras, movilizadoras de la comunidad y funcionarias de vigilancia… se considera esencial para el éxito de la campaña.
El acceso a los niños que necesitan ser vacunados depende a menudo de la incansable labor de las trabajadoras de la salud, y lo he visto de primera mano en la India a lo largo de los años, ya que he tenido el honor de participar con dichas trabajadoras tanto en las Jornadas Nacionales de Vacunación, como en las campañas de vacunación puerta a puerta en todo el país, desde Bengala Occidental hasta Bihar. Para potenciar una fuerza de trabajo dirigida por mujeres al frente de las tareas de vacunación, se necesita una mayor inversión para mejorar el acceso de las mujeres a las oportunidades de empoderamiento y para responder a las necesidades específicas de las mujeres.
Está claro que la GPEI avanza en el camino correcto, ya que los casos de polio se han reducido en un 99,9 % desde que se lanzó la iniciativa hace más de 30 años, y me inspira a seguir aplicando una perspectiva de equidad de género a todas las iniciativas y proyectos liderados por Rotary y sus socios. En ese sentido, en nuestro evento anual con las Naciones Unidas —este año con Unicef— estamos discutiendo las múltiples dimensiones de las desigualdades de género y ofrecemos acciones concretas que los integrantes de nuestra audiencia pueden tomar para ayudar a empoderar a las niñas.
Aunque queda mucho trabajo por hacer, confío en que, si seguimos centrados en abordar estas desigualdades y en destacar el valor que las mujeres tienen dentro de la sociedad, juntos podremos mejorar realmente la situación de las niñas en todo el mundo.
Fuente: Rotary International